16 marzo 2007

EL PUNTO DE APOYO

El postulado matemático sobre la Palanca que nos dejó en herencia Arquímedes: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Lo hacemos extensible para amplificar la fuerza mecánica aplicada sobre un objeto; o para incrementar la distancia recorrida por un objeto en respuesta a la aplicación de una fuerza. La Industria se ha beneficiado de ello, así como también vemos su despliegue en la disciplina deportiva. El remo, la vela, la jabalina, salto de pértiga, etc. etc. etc.

Pero el ser humano por naturaleza necesita un punto de apoyo dónde impulsar su proyecto de vida. Y proyectamos nuestras expectativas en la familia, el trabajo, en cultivarnos, en las relaciones humanas de toda índole, pensando que algún día se cumplirán nuestros sueños. Y vemos cómo va pasando el tiempo y esos sueños no llegan a cumplirse. Y nos vemos abocados a la desesperación, al hastío, y al sin sentido.

Y estos objetivos pasan y pasarán porque somos fieles testigos de ello. Son acontecimientos que están aquí y lo vemos con nuestros ojos, pero son un espejismo.

Hasta que no encontremos el verdadero punto de apoyo dónde basar nuestra vida, estaremos pisando en tierras movedizas. Sucede lo mismo que cuando empiezas a nadar y una ola te aleja del lugar donde estabas practicando. Intentas pisar tierra firme y no puedes. Te desesperas. Pero cuando encuentras el punto de apoyo dónde afianzar tu cuerpo, sientes un gran alivio. Te sientes seguro.

El punto de apoyo real reside en la experiencia directa que nos proporciona la relación verdadera con lo que somos. Esa energía vital de donde emana el verdadero conocimiento del ser. Y será la base, la plataforma desde donde nos impulsaremos hacia la perfecta realización.

Todos los conocimientos, doctrinas, sentencias y vivencias de otros seres, y toda la cultura que nos hemos forjado a lo largo y ancho de nuestra vida, no nos sirven para nada ante la experiencia real. Tanto da que seamos cultivados o analfabetos. La experiencia es el punto de apoyo, el motor de la vida y el timón para dirigir la embarcación con seguridad.

Cuentan las crónicas que Tomás de Aquino, uno de los teólogos más portentosos de la historia, hacia el final de su vida dejó de pronto de escribir. Cuando su secretario se le quejaba de que su obra estaba sin concluir, Tomás le replicó: “Hermano Reginaldo, hace unos meses, celebrando la liturgia, experimenté algo de lo Divino. Aquel día perdí todas las ganas que tenía de escribir. En realidad, todo lo que he escrito acerca de Dios me parece ahora como si no fuera más que paja”. (Anthony de Mello)

Mi invitación y deseo es que todos busquemos el verdadero punto de apoyo.
F.G.

12 marzo 2007

El tambor del aliento


Hay un verso indio precioso que dice que el tema del infinito no es un tema de conversación. Lo único que puedes hacer es sentirlo, experimentarlo, y entonces lo comprenderás. Todo el mundo quiere hablar sobre lo que es el infinito, sobre Dios y sobre esta vida. Pero la vida no es para hablar de ella. La vida hay que sentirla. ¿Te sientes vivo?

Cuando digo esto la gente piensa: “Pues claro, estoy vivo por esto, por eso y por aquello”. Pero ésas no son las cosas que hacen que uno se sienta vivo.

Se te ha dado la oportunidad de estar vivo. En ti suena el tambor del aliento. Tienes conciencia, la posibilidad de estar alerta. Tienes la posibilidad de recordar y también la de olvidar. Tienes lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto. Todas las posibilidades están en ti. No hay nada limitado. ¿Qué es lo que quieres? La respuesta debe venir de tu corazón, de ese lugar en ti que es sincero, que te está llamando.

El ser humano lucha en la ignorancia porque vive en la incertidumbre. No tiene ninguna certeza sobre el mañana. Y cuando no tiene certeza sobre algo, o bien lo acepta y dice: “Voy a hacer algo al respecto”, o -como la mayoría de la gente- se inventa un cuento sobre el mañana. Y una vez inventado, hará lo que sea para creérselo, cueste lo que cueste. Pero es simplemente un cuento, y los cuentos no pueden hacer desaparecer la incertidumbre.

Conocimiento. Comprensión. Ésas son las únicas cosas que pueden eliminar de esta vida la incertidumbre para que yo pueda empezar a aceptar lo que es el mañana. No lo que trae, sino lo que es. La existencia es un milagro increíble.Mi anhelo -lo que de verdad deseo- es sentirme vivo, sentir esta existencia. Quiero quedar deslumbrado por ese milagro. Quiero ser testigo de eso.

Verdaderamente lo esencial es conocer la libertad en nuestro interior, la libertad de comprender. ¿Eres libre para comprender o eres un esclavo de las ideas ajenas que te prohíben comprender cualquier otra cosa? Porque si no eres libre para comprender, no eres libre.

¿Eres libre? ¿Eres parte de un cuento de hadas, de una historia que no existe? ¿O eres parte de una historia sobre tu tiempo y tu vida en la que no hay límite para la apreciación?

Cada momento de tu vida es único. Nunca tendrás dos iguales. Nunca. Ésta es la ciencia de vivir: cuando empiezas a apreciar cada momento. Se trata de tener un corazón tan abierto, una comprensión tan maravillosa y un anhelo de apreciar tan total que cuando llega ese momento ves exactamente lo que es.

Descansar del modo más auténtico. Volver a casa de verdad, no como una fantasía. Sentirte vivo, no porque alguien te da permiso para hacerlo, sino porque tú te sientes vivo. No estás tomando prestada la comprensión de alguien, eres tú quien comprende. No se trata de palabras. Se trata de romper el muro de las palabras y entrar en la realidad.

Tú no eres ningún cuento. Estás vivo. Escucha el tambor de esa respiración y baila a su ritmo. Siéntete entusiasmado porque hoy estás vivo. Comprende desde tu interior. La finalidad de esta existencia es ver de la forma más bella ese precioso cuadro que Dios ha creado y que eres tú. Sólo podrás decir que estás vivo cuando eso suceda en tu vida.

Cuando la gente encuentra esa realidad en su interior, la recompensa es la alegría. No es una fantasía, es realidad. Y la realidad es mucho más bella que cualquier fantasía.

Maharaji

11 marzo 2007

El océano en la gota

Barcelona, 27 de abril de 2006 - Personas procedentes de toda España, de Portugal y del sur de Francia llenaron la sala principal del Palau de Congressos de Catalunya, en Barcelona, para escuchar a Prem Rawat, conocido en todo el mundo como Maharaji. Dado que el número de asistentes fue mayor de lo esperado, se habilitó una sala anexa donde quienes no disponían de asiento en la sala principal pudieron ver la conferencia en directo mediante una conexión de video. Para muchos, no era la primera vez que asistían a un evento con Prem Rawat; algunos llevan años escuchándole, otros le veían en persona por primera vez. En 2006 se cumplen treinta años desde su primera visita a España y cuarenta desde que empezó a llevar por todo el mundo su mensaje de paz.

Hace poco, he estado hablando en muchos eventos en India diciendo que lo más importante que tenemos es esta existencia. Cuando naces, se te obsequia con una experiencia llamada “la vida”, y en esa vida ¿qué es lo que tienes?

Tienes un aliento, tienes un día, una hora, un minuto, un segundo. Eso es tu realidad. No es una ficción. No es ningún concepto. La cosa de la que hablo, lo que quiero experimentar en mi vida, y lo que quiero que tú experimentes, no es ninguna ficción. Es real. Una realidad que se puede tocar, que se puede sentir, que se puede comprender. En tu vida, la aceptación debería ser para lo que conoces, para lo que comprendes, para lo que sientes. No en tus pensamientos, sino sintiendo.

Hay un verso indio muy bonito: “Que la gota reside en el océano, todo el mundo lo sabe; pero que el océano reside en la gota, lo saben muy pocos”. Quiero que vosotros seáis esos pocos que lo comprenden.

Esa cosa increíble… en ella está todo, pero ella también está en ti. Tú eres la gota. No una gota líquida, pero eres la gota. El océano está en ti. Y sí, puedes sentirlo. Comprendo eso porque la misma energía que está en todas partes entra en mí en forma de esa respiración y me toca, trayendo el regalo de la vida.

Para muchos la vida significa tener un trabajo, un hijo, una casa, un gato, un perro... Eso no es la vida. Ésas son cosas que hay en tu vida. Están todas esas cosas que son relativas y también hay algo que es absoluto, y eso está dentro de ti. Tienes vida. Eso es absoluto. Un día no será así. Pero mientras estés vivo y tengas la capacidad de ser consciente, sé consciente de eso que es la vida real. Sé consciente de esta existencia que tienes, porque eso proporciona alegría. Ser consciente de esta existencia proporciona paz, auténtica paz.

¿Qué es auténtica paz? Algunos dicen: “Renuncia a todo y tendrás paz”. No, eso no funciona. Si el hecho de dejarlo todo hiciera que la gente fuese feliz y tuviera paz, cerrarían las cárceles inmediatamente, porque ir allí sería una recompensa; haces algo malo y, en lugar de castigarte, te ponen en un lugar en el que te sientes en paz y feliz. Así que eso lo demuestra: abandonarlo todo no es la solución. Pero hay un lugar en nuestro interior que si accedemos a él, podemos sentir esa paz al margen de cualquier circunstancia.

Eso es lo que eres. Eso es lo que soy. Verdaderamente, en esa gota que somos reside un océano infinito de paz. Sé uno de los pocos que lo saben, porque ése es un logro incomparable. Necesitas paz, necesitas felicidad, porque eres un ser humano. Ésa es tu naturaleza. No puedes luchar contra ella. No es ningún problema que tengas que solucionar.

Ese deseo de felicidad viene de tu interior. No lo subestimes. Mientras estés vivo, ese anhelo de ser feliz y sentir paz estará ahí.

Qué cosa tan práctica es que ese océano resida dentro de ti. Dondequiera que vayas, ahí estará. Un día la gota se irá y residirá en el océano. Pero mientras tenga lugar ese milagro del aliento, el océano residirá en esa gota que eres tú, que soy yo. Cuando la gota se mezcle con ese océano, ya no será una gota; simplemente se convertirá en el océano. Pero durante un periodo de tiempo relativamente corto, habrá ocurrido algo increíble.

Se habrá producido el milagro de los milagros. La gota se separa del océano y éste se traslada a la gota. Ésa es la realidad. Eso es lo que está sucediendo. Compréndelo. Siéntete pleno. Sigue esa naturaleza. Vive en paz. Sé feliz.

Si la tristeza es un cuchillo, la felicidad es quien te cura. Siéntete feliz. Tienes un montón de heridas y te causan dolor. No tienes por qué sufrir. Vive. Existe. Mientras dure este milagro, contémplalo. No te muevas, porque todo se acabará demasiado pronto. Encuentra la fuente de alegría dentro de ti. Ten esa paz en tu vida cada día.

Maharaji

04 marzo 2007

EL ANHELO DEL CORAZÓN

El anhelo del corazón siempre será buscar y encontrar al Maestro Vivo. Indaga por todos los rincones del planeta hasta hallar su paradero.

Desde que soy consciente de mi existencia y puedo percibir, a través de los sentidos, el mundo que me circunda, siempre ha existido en mí un impulso irrefrenable de búsqueda constante. Puedo ver, oír, gustar, oler y tocar todo lo que la naturaleza me brinda generosamente. Aun así, esa sed interior no fue saciada hasta que me invitaron a conocer a Maharaji y lo que él ofrecía.

El MAESTRO juega un papel primordial en este proceso. Cuando el discípulo está preparado, el MAESTRO aparece.

Si observamos nuestro desarrollo personal siempre tuvimos o tenemos maestros que supervisan todas las actividades de nuestra vida cotidiana. El Maestro está alerta a nuestro crecimiento interior. Corrige el rumbo si vamos a la deriva. Y cuando expresa algo está corroborando la experiencia que estamos sintiendo. El Maestro es como ese faro en mitad de la tormenta, o esa luz en medio del bosque. Siempre nos indica por dónde vamos. El Maestro Vivo es el único ser que tiene el don, el privilegio, de mostrar el Conocimiento de uno mismo.

EL CONOCIMIENTO. Maharaji ofrece la experiencia directa del conocimiento de uno mismo que es captada por los sentidos orientados hacia dentro. Nuestro cuerpo está diseñado para VER, OIR, SENTIR y GUSTAR el universo interior. Dentro del ser humano está la Energía primordial, la fuente de Felicidad y Verdad, esperando a que nos relacionemos con ella, al igual que nos relacionamos con el mundo exterior. Y como fruto de esa relación se manifiesta en nosotros: Paz, Amor, Felicidad, Comprensión. Libertad, Verdad, etc. etc.

DIOS, ES ENERGIA. Hay un principio en física que dice: La Energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Por lo tanto es eterna. Podemos VERLA: écnica de la Luz. Podemos OIRLA: Técnica de la Música. Podemos SENTIRLA: Técnica del Nombre. Podemos GUSTARLA: Técnica del NECTAR. Cuatro Técnicas de Meditación que Maharaji pone a nuestra disposición para iniciar la maravillosa aventura del Conocimiento interior.

Este Conocimiento es intemporal. Todos los grandes Maestro, grandes Iniciados, grandes poetas Místicos, grandes Avataras, han hablado de el. Han cantado las glorias de este Conocimiento y han impartido las enseñanzas que emanan de su práctica.

Si taláramos todos los árboles de esta tierra para transformarlo en papel, y convirtiéramos todos los ríos en tinta, no abarcaríamos lo suficiente para cantar las glorias de este Conocimiento. Todas las experiencias que han tenido todos aquellos que han dedicado su vida a la práctica de este Conocimiento, y todas las alabanzas que se han vertido, no expresan en lo más mínimo la grandeza y la inmensidad de este Conocimiento.

¡Cómo hablar de la eternidad! No podemos. Sólo sentir y sentir y sentir, hasta la eternidad.
F. G.