26 enero 2007

Dar una oportunidad a la paz

Las guerras estallan cuando la intolerancia alcanza proporciones insalvables, cuando las causas de la razón se vuelven más importantes que la inviolabilidad de la paz, cuando dejamos de valorar el hecho de estar vivos. Los dirigentes del mundo tratan de establecer la paz, pero la paz no tiene nada que ver con instituciones; es la gente la que inicia las guerras. Toda guerra externa empieza en nuestro interior.
De hecho, la guerra de dentro es más peligrosa porque puede que sus llamas nunca lleguen a extinguirse. Las guerras se desencadenan porque no hemos encontrado la paz interior, porque no dejamos que se manifieste.
Todos buscamos algo. Ya lo llamemos éxito, paz, amor o tranquilidad, en realidad se trata de lo mismo; le damos muchos nombres porque no sabemos qué es lo que necesitamos.
Buscamos lo que creemos que necesitamos en nuestro entorno. Pero para saber dónde buscar, antes debemos preguntarnos dónde puede estar. ¿Acaso se nos ha ocurrido mirar en nuestro interior?
Vivir la vida no es cosa fácil, sobre todo si queremos sacar lo mejor de ella. Hay que excavar, y excavar implica cierta dificultad porque supone extraer lo necesario y dejar lo que sobra. Si queremos obtener paz, tendremos que buscar lo valioso y desechar lo que no lo es.
Lo que buscamos no está fuera sino dentro de nosotros. Siempre ha estado ahí y siempre lo estará. La satisfacción nos sienta bien, y no es por casualidad. No es casualidad que nos sintamos tan bien cuando estamos en paz. La paz ya existe, y reside en el corazón de todos los seres humanos.
La paz es algo que se tiene que sentir. Si frente a esa capacidad tan increíble que poseemos de sentir, colocamos paz, eso es lo que sentiremos. Estamos hechos para sentirnos llenos de agradecimiento, amor y comprensión. Llevamos dentro de nosotros una lámpara tan brillante que hasta en las noches más oscuras puede llenar de luz nuestro mundo. Sólo está esperando a que la encendamos.
La paz no hace distinciones. No le importa si somos ricos o pobres, ni la religión que profesamos, ni en qué país vivimos. Está esperando a que la encontremos, esperando a sentirse completa de nuevo y no dividida por todos los asuntos que invaden nuestra vida.
La paz llega cuando el corazón deja de estar sumido en la dualidad, y cesa la lucha interior. Entonces le sigue la serenidad; el amor viene desenfrenado, inundándolo todo; y no hay quien detenga la explosión de alegría, porque todo encaja. Eso es paz.
La paz hay que sentirla, al igual que el amor y la verdad. Mientras estemos vivos, siempre tendremos el deseo de sentirnos bien, de sentir alegría; y mientras exista ese anhelo, existirá la necesidad de descubrirlo.
Somos pasajeros que realizan un viaje en un tren llamado vida, un viaje que tiene lugar en el momento llamado ahora. Este viaje de la vida es tan bello que no necesita destino.
Para orientarnos en este viaje se nos ha dado una brújula, que es la sed de plenitud. El verdadero viaje de nuestra vida comienza el día en que nos disponemos a saciar esa sed. Es la aventura más noble que existe.
Siglo tras siglo, se ha hecho oír una voz: Lo que buscas está dentro de ti, tu verdad está dentro de ti, tu paz está dentro de ti, tu dicha está dentro de ti. La paz del corazón es como una semilla en el desierto que espera, latente, a crecer y a florecer. Sólo cuando permitamos que la semilla florezca en nuestro interior podrá haber paz en el exterior. Tenemos que darle una oportunidad.
¿Vamos a darle una oportunidad a la paz?

The Times of India (Prem Rawat)

17 enero 2007

La serie “Palabras de Paz” de Prem Rawat recibe nuevamente un premio de televisión en Brasil


La serie “Palabras de Paz” ha ganado, por segunda vez en tres años, el premio al mejor programa de la TV Comunitaria de Brasil. Fernando Mauro Trezza, Presidente de la Asociación Brasileña de Canales de Televisión Comunitarios, dijo: "El gran éxito de ‘Palabras de Paz’ se debe a la forma tan natural en que los telespectadores se han identificado con el sabio mensaje de paz interior de Prem Rawat. Desde aquí expresamos nuestro agradecimiento a Prem Rawat, Embajador de la Paz”.

Donde comienza la paz


Cuando viajo y hablo con la gente, mi mensaje trata sobre lo real que es la paz y sobre la posibilidad de sentirla en esta vida cada día. Pero, ¿dónde empieza todo esto? Os voy a contar una pequeña historia que podría ponerlo en perspectiva.

Un día un turista llegó a un pueblo remoto en el que sus habitantes eran gente muy sencilla. A la mañana siguiente colgó su espejo en la pared para afeitarse, pero se le olvidó descolgarlo. Más tarde, un anciano del pueblo, de pelo gris, ojos brillantes, y una hermosa y luminosa cara, se encontró con el espejo en la pared. Nunca antes se había visto a sí mismo, así que cuando vio su reflejo en el espejo se quedó asombrado y pensó: “Hoy he visto la cara de Dios”. Y se fue completamente feliz.

Después llegó una hermosa joven. Cuando se vio a sí misma en el espejo, se quedó estupefacta. “¡He visto a la mujer más hermosa de la Tierra, y cuando crezca ese es el aspecto que quiero tener!”. Más tarde, se aproximó un hombre que había perdido a su padre. Cuando se miró en el espejo, dijo: “¡Dios mío, acabo de volver a ver a mi padre!” Y se fue con el espejo.

Ahora, las tres personas que se habían visto reflejadas en el espejo empezaron a estar muy alteradas y comenzaron a discutir. Al poco tiempo, estallaron las peleas por todo el pueblo. Pronto todo el mundo se sintió desgraciado porque cuando se miraban en el espejo veían algo que les gustaba, y todos querían quedarse con el espejo.

Al final, un hombre sabio pasó por allí y preguntó: “¿Por qué os peleáis?” Uno dijo que el espejo le había mostrado a Dios, otro que le había mostrado a su padre, y los demás le contaron lo que habían visto. Entonces, el hombre pidió que le mostraran ese objeto mágico, y cuando lo vio, sonrió: “¿Sabéis lo que es? Es un espejo”.

Llamó al anciano y le dijo: “No viste la cara de Dios, te viste a ti mismo”. Después llamó a la chica y le dijo: “Tú tampoco viste a la mujer más hermosa, sino a ti misma”. Llamó al hombre joven y le dijo: “Pensabas que habías visto a tu padre porque ahora te pareces a él. Pero eras tú”. Les fue llamando, uno a uno, y les dijo a todos: “Mirad, lo que veis en este espejo, lo que os gusta en él, no es el espejo. ¡Sois vosotros!”.

¿Cómo se relaciona esta historia con la paz? La paz comienza con nosotros. Intenta comprender de donde vino la idea de la paz. ¿Fue acaso la invención de alguien? ¿Hubo una persona muy inteligente que mientras caminaba por las altas montañas de algún lugar dijo: “La paz. Qué buena idea. Vivamos en paz”. No.

Desde que existen lo seres humanos ha habido un deseo de paz. La necesidad de la paz nace del interior. La paz es el deseo del corazón. Es tan simple como el ir y venir de la respiración. La película de la vida comienza con el primer aliento. Y todos sabemos cómo termina la película.

Nos sentimos fascinados por la parte intermedia, y esto es para lo que vivimos: “¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Qué es lo que he conseguido?” Todo eso está bien, pero nunca jamás te olvides de la importancia que tiene dónde comenzó y dónde acaba.

Dentro de ti se encuentra la posibilidad de la paz. La paz no pertenece a ninguna nación, sociedad o religión.

La paz pertenece a la gente como tú y como yo. ¿Dónde se manifestará la paz? Lo hará en la catedral del corazón. Ése es el único lugar en el que se da la bienvenida a la paz. Son las personas como tú y como yo las que quieren la paz y le dan la bienvenida en sus vidas. Es aquí, en nuestra existencia, donde reside la paz.

Maharaji

01 enero 2007

El océano en la gota

Barcelona, 27 de abril de 2006 - Personas procedentes de toda España, de Portugal y del sur de Francia llenaron la sala principal del Palau de Congressos de Catalunya, en Barcelona, para escuchar a Prem Rawat, conocido en todo el mundo como Maharaji. Dado que el número de asistentes fue mayor de lo esperado, se habilitó una sala anexa donde quienes no disponían de asiento en la sala principal pudieron ver la conferencia en directo mediante una conexión de video. Para muchos, no era la primera vez que asistían a un evento con Prem Rawat; algunos llevan años escuchándole, otros le veían en persona por primera vez. En 2006 se cumplen treinta años desde su primera visita a España y cuarenta desde que empezó a llevar por todo el mundo su mensaje de paz.




Hace poco, he estado hablando en muchos eventos en India diciendo que lo más importante que tenemos es esta existencia. Cuando naces, se te obsequia con una experiencia llamada “la vida”, y en esa vida ¿qué es lo que tienes?

Tienes un aliento, tienes un día, una hora, un minuto, un segundo. Eso es tu realidad. No es una ficción. No es ningún concepto. La cosa de la que hablo, lo que quiero experimentar en mi vida, y lo que quiero que tú experimentes, no es ninguna ficción. Es real. Una realidad que se puede tocar, que se puede sentir, que se puede comprender. En tu vida, la aceptación debería ser para lo que conoces, para lo que comprendes, para lo que sientes. No en tus pensamientos, sino sintiendo.

Hay un verso indio muy bonito: “Que la gota reside en el océano, todo el mundo lo sabe; pero que el océano reside en la gota, lo saben muy pocos”. Quiero que vosotros seáis esos pocos que lo comprenden.

Esa cosa increíble… en ella está todo, pero ella también está en ti.
Tú eres la gota. No una gota líquida, pero eres la gota. El océano está en ti. Y sí, puedes sentirlo. Comprendo eso porque la misma energía que está en todas partes entra en mí en forma de esa respiración y me toca, trayendo el regalo de la vida.

Para muchos la vida significa tener un trabajo, un hijo, una casa, un gato, un perro... Eso no es la vida. Ésas son cosas que hay en tu vida. Están todas esas cosas que son relativas y también hay algo que es absoluto, y eso está dentro de ti. Tienes vida. Eso es absoluto. Un día no será así. Pero mientras estés vivo y tengas la capacidad de ser consciente, sé consciente de eso que es la vida real. Sé consciente de esta existencia que tienes, porque eso proporciona alegría. Ser consciente de esta existencia proporciona paz, auténtica paz.

¿Qué es auténtica paz? Algunos dicen: “Renuncia a todo y tendrás paz”. No, eso no funciona. Si el hecho de dejarlo todo hiciera que la gente fuese feliz y tuviera paz, cerrarían las cárceles inmediatamente, porque ir allí sería una recompensa; haces algo malo y, en lugar de castigarte, te ponen en un lugar en el que te sientes en paz y feliz. Así que eso lo demuestra: abandonarlo todo no es la solución. Pero hay un lugar en nuestro interior que si accedemos a él, podemos sentir esa paz al margen de cualquier circunstancia.

Eso es lo que eres. Eso es lo que soy. Verdaderamente, en esa gota que somos reside un océano infinito de paz. Sé uno de los pocos que lo saben, porque ése es un logro incomparable. Necesitas paz, necesitas felicidad, porque eres un ser humano. Ésa es tu naturaleza. No puedes luchar contra ella. No es ningún problema que tengas que solucionar.

Ese deseo de felicidad viene de tu interior. No lo subestimes. Mientras estés vivo, ese anhelo de ser feliz y sentir paz estará ahí.

Qué cosa tan práctica es que ese océano resida dentro de ti. Dondequiera que vayas, ahí estará. Un día la gota se irá y residirá en el océano. Pero mientras tenga lugar ese milagro del aliento, el océano residirá en esa gota que eres tú, que soy yo. Cuando la gota se mezcle con ese océano, ya no será una gota; simplemente se convertirá en el océano. Pero durante un periodo de tiempo relativamente corto, habrá ocurrido algo increíble.

Se habrá producido el milagro de los milagros. La gota se separa del océano y éste se traslada a la gota. Ésa es la realidad. Eso es lo que está sucediendo. Compréndelo. Siéntete pleno. Sigue esa naturaleza. Vive en paz. Sé feliz.

Si la tristeza es un cuchillo, la felicidad es quien te cura. Siéntete feliz. Tienes un montón de heridas y te causan dolor. No tienes por qué sufrir. Vive. Existe. Mientras dure este milagro, contémplalo. No te muevas, porque todo se acabará demasiado pronto. Encuentra la fuente de alegría dentro de ti. Ten esa paz en tu vida cada día.

Maharaji